lunes, 24 de junio de 2013

'El caso del mayordomo asesinado', de Marco Malvaldi: cuando el humor y el misterio se dan la mano

Dicen que en la literatura policíaca, cuando se comete un crimen en alguna casa señorial, el asesino siempre es el mayordomo; en este caso, como podemos comprobar ya desde el título, el mayordomo está exento de cualquier posible sospecha ya que el pobrecillo es, precisamente, la víctima de este agravio. Con esta novela, el pisano Marco Malvaldi vuelve a asomarse a nuestras estanterías con los ingredientes que tan bien le funcionaron en su trilogía del Bar Lume (de cuya entrega 'El juego de las tres cartas' ya hablamos aquí), es decir: una ficción detectivesca cargada de humor, con una extensión breve y casos sencillos pero entretenidos.

Otro punto en común entre 'El caso del mayordomo asesinado' y las anteriores obras de Malvaldi es que esta también está ambientada en la Toscana. Lo que cambia es la época: con esta novela, el autor nos lleva a los últimos suspiros del siglo XIX, concretamente al año 1895, al castillo del barón de Roccapendente. Allí vive el barón rodeado de su peculiar familia, donde destacan sus dos hijos (uno, un libertino bobalicón, y el otro, un cultureta resabiado), su madre (de fuerte carácter, como toda matriarca de alta cuna que se precie), sus solteronas primas y su hija Cecilia, la única por la que el autor deja entrever cierta simpatía. Los demás son retratados con mucho sarcasmo y mala leche, como muestra de esa aristocracia chusca y decadente de la época.

A ellos hay que sumar la presencia de los sirvientes, que también jugarán un papel notable en la trama, y entre los cuales se encuentra Teodoro, el mayordomo cuyo funesto final ya conocemos de antemano. Por último, el castillo cuenta con la presencia de dos huéspedes: el señor Ciceri, fotógrafo profesional, y Pellegrino Artusi, personaje que existió realmente y que fue conocido por publicar a finales del siglo XIX un notable libro de recetas titulado 'La ciencia de la cocina y el arte del buen comer'.

Malvaldi combina todos estos elementos para dar forma a una novela donde el sentido del humor impera por encima de todo lo demás, y cuyo encanto se debe también a su divertida ambientación decimonónica y al regustillo a la literatura policíaca clásica que desprende el desarrollo del caso. El ritmo es ágil, el tono mordaz del narrador le aporta un plus añadido, y además cuenta con la extensión justa como para que podamos devorar el libro en un par de sentadas. Se trata, pues, de un plato ligero, pero nutritivo, y que te deja una sonrisa al terminarlo, por mucho que haya crímenes y asesinatos de por medio.

No obstante, y esto es algo que ya me ocurrió con 'El juego de las tres cartas', echo en falta un poco más de complejidad en el caso, más giros que alargaran el camino hacia su resolución y que de paso nos permitieran pasar más tiempo conociendo a los personajes. Teniendo en cuenta que Malvaldi ya es un autor con varias obras a sus espaldas, estaría bien que dedicara un poco más de tiempo a enrevesar la evolución de sus tramas. De esa forma, el resultado alcanzaría sin duda el sobresaliente. Sea como sea, 'El caso del mayordomo asesinado' es una buena forma de tomar contacto con la narrativa de Malvaldi y supone un oasis dentro del inquietante mundo del género negro, que nos demuestra que misterio y humor no tienen por qué estar reñidos.

lunes, 10 de junio de 2013

'Ojo con el Sordo', de Ed McBain: el policíaco en su más pura esencia

Un misterioso ladrón está desvalijando las casas de un vecindario sin dejar huella alguna de su paso, salvo un pequeño gatito que la policía siempre encuentra en el lugar de los hechos. Un joven aparece muerto, clavado a la pared de un cuarto de una casa okupa. Y un criminal reincidente, conocido como el Sordo, comienza a enviar una serie de enigmáticas pistas a los policías de la Comisaría del Distrito 87 para ponerles sobre la pista de su próximo robo. El discurrir de estos tres casos sienta las bases de la novela 'Ojo con el Sordo', obra del prolífico escritor Ed McBain, seudónimo bajo el cual Evan Hunter firmó muchas de sus obras.

Lejos de la complejidad de otras novelas negras contemporáneas, y sin entrar demasiado en la crítica social o la profundidad psicológica de los personajes, lo que McBain nos ofrece son los elementos del género policíaco en estado puro: un ritmo trepidante, una serie de misterios y pistas enigmáticas con los que alimentar el suspense, unos personajes arquetípicos pero efectivos, y diálogos ágiles con alguna que otra línea memorable. Ingredientes que McBain maneja con inteligencia y sin excesivas pretensiones, de forma que aunque sus novelas no dejen tanto poso como las de otros autores del género, sirven para recordarnos esa chispa que una vez nos hizo enamorarnos del noir.

El autor también demuestra su pericia al poner en escena a los distintos personajes que pueblan esta novela coral, todos ellos policías de la Comisaría 87. Con unas pocas pinceladas, McBain consigue que conectemos con los protagonistas (en este caso, los detectives Kling y Corella, sobre todo) y que nos resulten interesantes y cercanos, si bien para conocerlos mejor no queda otra que sumergirse en el resto de novelas de la serie.

'Ojo con el Sordo' es un libro de lectura ágil que, a pesar de no ser demasiado extenso, nos cuenta multitud de cosas. Te deja la sensación de haber visto un filme cargado de energía y de actitud, con escenas de gran impacto, en la que, sí, se podría haber ahondado más en los personajes o elaborar un poco más alguna de las subtramas, pero en realidad estaríamos haciendo flaco favor al verdadero objetivo del escritor: hacernos pasar un buen rato mientras nos asomamos a un pequeño fresco de la compleja realidad urbana de la ciudad de Isolda, la cual va desarrollando a lo largo del entremado de sus obras. Ideal para ratos en los que uno no quiera comerse mucho la cabeza y prefiera limitarse a disfrutar del genuino sabor del noir norteamericano.