martes, 18 de diciembre de 2012

'Diálogo entre asesinos', de Daniel del Monte: ¿hay diferencia entre matar por dinero y por placer?

Hay muchas razones que pueden llevar a un ser humano a matar a otro: la codicia, el odio, la venganza... Pasiones que provocan en la persona una enajenación más o menos transitoria que lo conduce a terminar con la vida de uno de sus semejantes. De este modo se pueden llegar a explicar los casos aislados en los que una persona traspasa el más fuerte de los límites morales establecidos. Pero la cosa se complica cuando esa persona mata de una forma que se prolonga en el tiempo.

A esta última clase de asesinos, los que matan de forma continuada a varias personas, los podemos dividir a grosso modo en dos categorías: los que lo hacen por dinero y los que lo hacen por placer. Ambas clases de asesinos están representadas en esta novela. El primero de ellos, el que ha hecho del asesinato su sustento y modo de vida, es Leonard Steinbeck, asesino profesional, metódico y calculador, capaz de traspasar la línea que separa la vida de la muerte a cambio de un cheque. Y por el otro está el misterioso asesino en serie apodado como "el carnicero del medio oeste" que lleva un tiempo aterrorizando a los norteamericanos con sus cruentos crímenes. Su objetivo son muchachas jóvenes a las que secuestra y posteriormente devuelve cortadas en trocitos y metidas en bolsas de basura.

El destino de estos dos personajes comienza a acercarse cuando "el carnicero del medio oeste" secuestra a Ángela Ferrante, la hija adolescente de un poderoso capo de la mafia calabresa. Pasquale Ferrante no piensa quedarse de brazos cruzados hasta que la policía encuentre alguna pista, así que contrata a Leonard para que localice al asesino, le dé su merecido y rescate a su hija sana y salva. Así arranca esta obra de Daniel del Monte, su primer contacto novelístico con el género negro.

viernes, 16 de noviembre de 2012

'El juego de las tres cartas': un bar, cuatro jubiletas y un crimen por resolver

No es inusual que una historia policíaca o detectivesca se ambiente en algún rincón de Italia. Encontramos innumerables novelas que tratan de la cosa nostra siciliana, de la 'ndrangheta calabresa o de los oprimidos y peligrosos bajos fondos de Nápoles. ¿Pero cuándo se había visto algo así en la apacible Toscana? ¿Y si además los protagonistas son un camarero y un grupo de jubilados que frecuentan su bar?

Parece imposible que algo así funcione, pero el pisano Marco Malvaldi ha demostrado no solo que es posible, sino que además el resultado es digno de atención. Claro está, es obvio que para ajustarse a una ambientación como esta son necesarias unas buenas dosis de humor a lo largo de la narración, pero ya sabemos que las risas son a menudo gratas compañeras al servicio del género negro. Un humor inteligente y con el toque justo de crítica que, eso sí, en este caso no tiene esa carga de cinismo que encontramos en otros autores.

Volviendo al tema de los protagonistas, principal atractivo de esta novela, al frente de ellos nos encontramos a Massimo, estudiante de matemáticas reconvertido en regente de un bar, que despide cierto halo de pesimismo y soledad en comunión con una aguda observación de su entorno y una perspicacia que le llevará a resolver los crímenes que se le atragantan a la policía de su pueblo natal, Pineta.

martes, 23 de octubre de 2012

'Petirrojo' de Jo Nesbo: temblad si el pasado despierta

Ahí arriba, en los países nórdicos, la gente vive como Dios. Sí, vale, padecen inviernos gélidos y tienen menos horas de luz que un preso en régimen de aislamiento; pero a pesar de todo, su nivel de vida es absolutamente envidiable. Sin embargo, y tal vez debido a los raquíticos índices de criminalidad de sus ciudades, su inclinación por la novela negra y los crímenes imaginarios a lo Patricia Highsmith es impresionante.

Si algo hemos aprendido de leer a gente como Stieg Larsson, Henning Mankell o Karim Fossum, es que en sus países no es oro todo lo que reluce. Su estado de bienestar se mantiene firme frente a las convulsiones económicas actuales, pero por debajo de él la realidad puede ser muy distinta. La violencia doméstica, la xenofobia o el auge de la ultraderecha son algunos de los problemas que subyacen bajo la aparente placidez de países como Suecia y Noruega, y casos como el de la isla de Utoya nos confirman que la ficción no siempre está tan alejada como pensamos de la realidad.

Jo Nesbo es uno de los escritores que forman parte de esta ola de denuncia social. En su caso, nos desubre que su Noruega natal no es tan idílica como parece, y que Oslo también tiene sus intestinos por los que pululan tipejos de la peor calaña. En 'Petirrojo', la primera entrega de la llamada "trilogía de Oslo", traslada esta denuncia a todo el pueblo noruego, poniendo en evidencia su hipocresía tras lo ocurrido en la 2ª Guerra Mundial.

miércoles, 10 de octubre de 2012

'La línea negra' de Jean-Christophe Grangé: inmersión en la mente de un asesino

Encontramos en la actual novela negra francesa una tendencia encabezada por autores como Franck Thilliez y Jean-Christophe Grangé cuya motivación a la hora de escribir es buscar los orígenes del mal, las motivaciones que conducen a un ser humano a cometer actos atroces. En el caso de 'La línea negra', este descenso a los infiernos lo realizamos en compañía del reportero Marc Dupeyrat, que se hace pasar por una joven estudiante para cartearse con un temible asesino en serie: Jacques Reverdi.

Años atrás, Reverdi había sido una figura destacada dentro del deporte subacuático de la apnea. En el momento de iniciar la novela, es detenido en Malasia y trasladado a una prisión en la que discurre buena parte de la trama, acusado del asesinato de varias jóvenes. Sus crímenes siguen un enigmático ritual que Marc tratará de desentrañar.

Así, oculto bajo la identidad de una muchacha llamada Élisabeth, Marc seguirá las indicaciones de Reverdi para reconstruir sus asesinatos e intentar comprender el origen de sus pulsiones maníacas. En este sentido, el autor construye un puzzle complejo, intrigante e ingenioso que nos llevará por distintas localizaciones del Sudeste asiático.

lunes, 1 de octubre de 2012

'Muerte en primera clase', de J. M. Guelbenzu: un retorno a las raíces del género

Tras esta sensual portada se esconde una novela que nos remite a clásicos de la narrativa detectivesca como Agatha Christie, G. K. Chesterton o Wilkie Collins (a quien, de hecho, se hace referencia en varios pasajes del libro). A Christie nos recuerda por la figura de la protagonista, la jueza Mariana de Marco, que se desenvuelve entre los demás personajes de la trama como una aguda observadora que no cesa en su empeño por descubrir la verdad. También por el hecho de que 'Muerte en primera clase' es fundamentalmente un whodunnit?, en donde la identidad del asesino es una de las piezas clave de la lectura.

Pero la novela no es solo eso, y aquí encontramos la herencia de Chesterton, ya que Guelbenzu también retrata con acidez los tiempos que le ha tocado vivir, y aquí concretamente el mundillo de las altas esferas sociales, con banqueros, economistas y demás depredadores subacuáticos. El crucero por el Nilo en el que se embarcan Mariana y su amiga Julia, concebido como un viaje para establecer contactos de negocios, es la excusa perfecta para que el autor dé un repaso a todos aquellos individuos pudientes y orgullosos que se creen por encima del bien y del mal. La crítica vertida no es tan incisiva ni certera como la de la novela 'Crematorio', por poner un ejemplo, pero cumple bien su función a pesar de todo.

Por último, la herencia de Wilkie Collins la podemos encontrar en la capacidad de Guelbenzu para crear un enigma intrigante y bien hilado, que arranca en el citado crucero por el Nilo. Durante el trayecto, Carmen Montesquinza, una mujer de elevado rango social y notable fortuna, desaparece sin dejar rastro. Lo curioso es que mientras tenía lugar su desaparición, todo el pasaje estaba concentrado en admirar el espontáneo show erótico que se marca una jovencita durante una de las fiestas para los pasajeros. ¿Casualidad o algo más?

miércoles, 27 de junio de 2012

'El hombre que quiso matarme', de Shuichi Yoshida: intensa y psicológica

La soledad, la obsesión y una cierta falta de habilidades sociales son algunos de los aspectos que tienen en común los personajes de esta novela. Tenemos al joven y retraído Yuichi, apasionado de los coches y dedicidamente torpe en las relaciones personales. A Mitsuyo, que encuentra en él un rayo de luz para su apática vida. Y a Yoshino, muchacha con más caras que un prisma que a la postre se convierte en la víctima que desencadena esta narración.

Su muerte se produce de madrugada en el puerto de Mitsuse, al sur de Japón, un lugar sobre el que corren muchas leyendas acerca de fantasmas y apariciones. Aquella noche había quedado con un chico, pero ni siquiera sus amigas conocían realmente su vida privada. ¿Con quién estuvo y quién terminó quitándole la vida? ¿Qué ocurrió en aquella solitaria carretera? Estas respuestas se van ofreciendo a lo largo de la lectura, pero lo cierto es que el misterio siempre se mantiene en un segundo plano frente a quienes de verdad importan: los personajes, tanto los nombrados anteriormente como otros tantos que van apareciendo, todos presentados con gran detalle psicológico y emocional.

De hecho, es el carácter psicológico de esta novela lo que la hace muy interesante. Este detalle parece ser en común entre los autores de la actual novela negra japonesa, como ocurre con Natsuo Kirino ('Out') y Keigo Hashino ('La devoción del sospechoso X'). En el caso que hoy nos ocupa, el autor Shuichi Yoshida se desenvuelve con igual soltura con personajes masculinos y femeninos. Retrata bien su carácter, sus aspiraciones y mezquindades, así como su relación con los demás, que como hemos visto en tantas otras obras, en Japón suele basarse mucho en las apariencias.

'El hombre que quiso matarme' es una buena forma de adentrarse en el Japón contemporáneo, en la realidad de poblaciones de pequeño o mediano tamaño al sur del país. Su principal baza es el retrato psicológico de sus protagonistas, y además alcanza momentos de gran intensidad emocional, sobre todo en el tramo final de la obra. Sin lugar a dudas, una lectura recomendable.

miércoles, 20 de junio de 2012

'The Killing' convence con su resolución



El año pasado escribí mis primeras impresiones sobre 'The Killing', una serie que empezaron a emitir en La Sexta y que me enganchó de mala manera; tanto, que no pude por menos que seguirla al ritmo de su emision yanqui. Esta semana la serie ha puesto su punto final, al menos en lo que respecta al caso de Rosie Larsen, con dos temporadas y 26 episodios en total.

A pesar de algunos altibajos, esta segunda temporada ha seguido manteniendo un nivel muy alto. Y eso que arrancó con cierto lastre, ya que no fueron pocos los espectadores que se sintieron "traicionados" o incluso "estafados" por el final de la primera temporada, que pegaba un giro en los últimos minutos y nos dejaba sin saber quién mató realmente a Rosie. A mí personalmente ese final me pareció sorprendente e intrigante, y me puso los dientes largos para ver los nuevos episodios.

La principal diferencia de esta segunda temporada es que ya no hay un baile continuo de sospechosos como había en los primeros episodios. Ahora la investigación va avanzando en una dirección más concreta. No obstante, aunque el crimen sigue siendo el motor principal de la trama, poco a poco 'The Killing' termina por configurarse como una serie de personajes.

lunes, 18 de junio de 2012

'Niños de tiza', de David Torres: una recomendable historia de barrio

El barrio, el lugar que te ve nacer y hacerte persona con los años. El lugar donde cultivas amistades, enemigos y amores. El lugar que, en definitiva, te marca con su geografía y sus gentes para el resto de tu existencia. Todos tenemos uno, aunque en vez de barrio lo llamemos pueblo, comunidad o vecindario. El de Roberto, que protagoniza esta novela, es uno de los que más fama tiene en Madrid: San Blas.

'Niños de tiza' gira en torno a los recuerdos de infancia que asaltan a Roberto cuando regresa al barrio; al igual que le ocurre a él, los años lo han dejado viejo y cascado. Pero a pesar de los cambios, en sus calles y sus edificios persiste la memoria de aquello que vivió con sus amigos, compañeros y vecinos, tanto lo bueno (las risas, los juegos, las anécdotas), como lo malo, encabezado por la misteriosa muerte de la niña paralítica a la que algunos niños apodaron cruelmente como La Sirena, a la que solo Roberto alcanzó a ver como la niña triste pero llena de vida que era.

Los recuerdos se agolpan uno tras otro al tiempo que se van sucediendo los acontecimientos en el presente. Hay cosas que los años han enterrado a conciencia, pero que por cojones, por cabezonería, acabarán saliendo a la luz. Y pobre de aquel al que pillen por medio; y claro, Roberto estará en mitad del tinglado, igual que el Chapas, el Lenteja, Lola, el padre Osorio, Romero... Personajes creíbles y muy humanos, que despertarán nuestras simpatías o se llevarán el más amargo de nuestros odios.

Pese a estar construida en buena parte en base a recuerdos pretéritos, la acción de la novela no es ni mucho menos estática. El autor alterna con habilidad entre presente y pasado para formar un complejo fresco de la vida de barrio, al tiempo que muestra bajo sus prisma los temas mundanos que a todos nos interesan: el amor y la amistad, el mundo mágico y a veces cruel de la infancia, los miedos que se superan al crecer y los que perduran a pesar de la edad, el honor y el sentido de la justicia, la venganza y la imposiblidad de no sucumbir ante un destino que, para cada uno de nosotros, parece escrito de antemano.

'Niños de tiza' tiene momentos para reír, otros para llorar y otros para apretar los puños y los dientes. Como la vida misma. Está escrita con ingenio, inteligencia y actitud, y con una cercanía que nos hace a todos hijos del mismo vecindario de San Blas mientras pasamos sus páginas. Una obra que además confirma a David Torres como un autor al que vale la pena seguir.

lunes, 11 de junio de 2012

'El ángel rojo', de Franck Thilliez: primera incursión en la negrura

Hay varios aspectos que hacen de Franck Thilliez un magnífico escritor de serie negra, y de sus novelas, apasionantes viajes por lo más oscuro de la psique humana. Uno de los más destacados es el hecho de que Thilliez siempre intenta descubrir algo nuevo con sus obras, parte de algo que le interesa e intriga, y tras una completa documentación lo lleva al terreno de la ficción para desmenuzarlo e intentar comprenderlo.

Y claro, fiel a su género literario, esos temas que le interesan suelen ser los rincones más oscuros de la gente. Esto ya se percibe en su primera novela, 'El ángel rojo', que pese a su carácter primerizo, supone un debut de lo más interesante. En este caso, lo que Thilliez aborda es el interrogante de aquellas personas que obtienen placer a partir del dolor, tanto del propio, como del ajeno. El autor nos invita así a asomarnos al París oculto, a la Internet clandestina, donde individuos anónimos dan rienda suelta a sus fantasías más sádicas.

El hilo conductor que cohesiona esa inmersión en el submundo del sadomasoquismo es una investigación comandada por el carismático inspector Franck Sharko, atormentado por la desaparición de su mujer, si bien aún no tan jodido del coco como cuando nos reencontramos con él en la recomendadísima novela 'El síndrome E'. Sharko es el personaje ideal que tantos escritores querrían para sí; carismático, complejo, en ocasiones inesperado y siempre con una nube oscura flotando sobre su cabeza y pensamientos, como todo investigador de género que se precie.

Con 'El ángel rojo', Thilliez firmó un debut que ya lo anunciaba como un autor a seguir. Aún le faltaba terminar de desarrollar de pleno su personalidad narrativa, llevar un paso más adelante la complejidad de la construcción de la trama, detalles que efectivamente ha pulido con los años. Sea como sea, vale la peña acompañarle en esta primera incursión en la negrura.

lunes, 4 de junio de 2012

'La huella del pájaro', de Max Bentow: un thriller de manual

Para que un asesino en serie destaque y llame la atención de investigadores y medios de comunicación (o en nuestro caso, de los lectores), es necesario que se busque un modus operandi llamativo y lo más cruento posible. Una lección que tiene bien aprendida el asesino que acecha en las sombras de esta novela, pues se dedica a dejar pájaros muertos en el vientre de sus víctimas, entre otras lindezas que hace con sus cuerpos antes de darse a la fuga.

'La huella del pájaro' es la presentación no solo de este sanguinario criminal sino también la de su némesis, el comisario Nils Trojan, que hará lo posible por conjugar la investigación del caso con sus preocupantes ataques de pánico que lo han llevado a visitar la consulta de una guapa psicóloga, llamada Jana Michels.

Trojan responde así al arquetipo de investigador habitual en la novela negra: inteligente pero atormentado, valeroso pese a sus miedos internos, incapaz de hacer convivir su vida profesional y personal. Pocas sorpresas en ese sentido, por lo que aunque el personaje cae simpático desde las primeras páginas, le falta esa chispa y ese carisma propios de otros investigadores para terminar de quedarse con el corazoncito del lector.

martes, 29 de mayo de 2012

'La Dalia Negra', de James Ellroy: retrato de una obsesión

Aunque en el título hablo de una obsesión, en singular, en realidad son varias las que se retratan en esta novela, propias de diferentes personajes y relacionadas todas ellas, de una u otra forma, con la figura de Elizabeth Short, recordada para la posteridad con el apodo de La Dalia Negra. No obstante, la principal de estas obsesiones es la de Dwight "Bucky" Bleichert, narrador y protagonista de esta estremecedora historia.

James Ellroy se basa en un asesinato real cometido en Los Ángeles en 1947 que jamás se llegó a resolver. Elizabeth Short apareció muerta en un descampado, terriblemente mutilada, un suceso que incrementó el pavor de sus conciudadanos y nutrió durante meses las páginas de los diarios más amarillos de la ciudad.

Ellroy repite así su gusto por ahondar en la crónica más negra de Los Ángeles para combinar realidad y ficción de una forma asombrosa, producto de una concienzuda documentación. El estudio previo no se limita a los hechos relacionados con el caso de la Dalia Negra, sino que también ofrece un interesante reflejo de cómo se llevaba a cabo una investigación policial, desde la recogida de las primeras pruebas hasta la búsqueda de los sospechosos, pasando por los innumerables interrogatorios puerta a puerta, el reparto de tareas en la comisaría central, etc.

lunes, 14 de mayo de 2012

'Hotel Bósforo' de Esmahan Aykol: jugando a los detectives en Estambul

La exótica y sugerente Estambul es el escenario escogido para esta entretenida historia detectivesca. La protagonista es una mujer alemana de cuarenta y pocos años que ha pasado gran parte de su vida en la capital turca. Kati, que así se llama la mujer, regenta una librería especializada en novelas negras, una afición que le llevará a inmiscuirse al máximo cuando se tope con un asesinato en la vida real.

La cosa comienza cuando Petra, una vieja amiga suya que acabó convirtiéndose en actriz, llega a Estambul para rodar una película. Petra y el equipo de rodaje se alojan en el Hotel Bósforo, donde al poco de su llegada tiene lugar una tragedia: Kurt Müller, el director del filme, aparece muerto en su habitación. Intrigada, Kati pondrá en marcha todas sus dotes detectivescas aprendidas a través de horas y horas de lectura, así como sus dotes de chismosa profesional (ocupación a la que, por lo que se nos cuenta, los habitantes de Estambul se dedican con gran ahínco).

'Hotel Bósforo' tiene el saborcillo de las novelas detectivescas clásicas: un asesinato misterioso, giros más o menos inesperados en la trama y unos personajes que, sin tener tampoco excesivo carisma o profundidad, cumplen su cometido de hacer avanzar la trama y consiguen llevarse nuestra simpatía.

Lo más destacable de esta novela es su ambientación. Y no es que las descripciones de Estambul sean muy exhaustivas, pero se respira su ambiente a especias y humo de cachimba a lo largo de sus páginas. Lo más interesante son los apuntes sobre el carácter de los turcos que el autor va diseminando por el texto. De hecho, el autor deja entrever su simpatía por ellos y aprovecha para criticar ciertos usos y costumbres de los alemanes.

Con todos estos ingredientes el resultado es una lectura amena, sin especial trascendencia, pero ideal para evadirnos un poco del día a día. El toquecito justo de intriga y exotismo son, sin duda, sus principales reclamos.

martes, 24 de abril de 2012

'El síndrome E', de Franck Thilliez: un viaje a los orígenes del mal


Si hablamos de novela negra, los franceses están que se salen últimamente. Tenemos los ejemplos de Bernard Minier ('Bajo el hielo'), Jean-Christophe Grangé ('Los ríos de color púrpura') y el que hoy nos ocupa, Franck Thilliez, con su intensa y estremecedora 'El síndrome E'.

Con ella rescata a dos personajes que ya se dejaron ver por anteriores novelas suyas. Por un lado, el inspector Franck Sharko, esquizofrénico y atormentado, con un carisma que queda patente desde las primeras líneas. Y por el otro, la teniente de la policía Lucie Henebelle, que es quien de hecho inicia la trama cuando un ex amante suyo se queda ciego tras visionar una perturbadora película.

Dicho cortometraje es el desencadenante de una investigación que los llevará por rincones muy, muy oscuros de la psique humana. Y en paralelo, una serie de cadáveres que aparecen en una fosa común con las manos serradas y la cabeza abierta como un coco tropical. Todo ello desemboca en un cóctel explosivo y muy intrigante que te pone los pelos de punta en más de una ocasión.

miércoles, 21 de marzo de 2012

'No habrá paz para los malvados', el naufragio de las buenas intenciones


Hace tiempo que tenía pendiente visionar 'No habrá paz para los malvados', no solo por su exitoso paso por los Goya, sino porque la trama y el personaje interpretado por José Coronado prometían bastante. Por desgracia, las promesas se quedaron en humo y el resultado final no me pareció a la altura de las expectativas. Y más que decepción, lo que produce es cierta rabia, porque combinando mejor sus ingredientes podría haber sido un películón.

Empecemos, a pesar de todo, por resaltar sus puntos fuertes. Para empezar, la actuación de Coronado en el papel de Santos Trinidad, poli duro, trasnochado y borrachuzo, inquietante y de pocas palabras, arquetípico pero interesante a pesar de todo. En segundo lugar, el buen hacer del director Enrique Urbizu, que demuestra tener una personalidad propia a la hora de componer la atmósfera del relato, que cuida con mimo los planos y la iluminación.

Gracias a esto los primeros minutos del metraje fluyen como el agua y te ves atrapado en la vertiginosa rueda de alcohol y violencia que es la vida de Santos, hasta la escena en que monta la de Dios es Cristo en la pista de un puti. Sin embargo, a partir de ahí la cinta decae por culpa de un guión lleno de lagunas y una preocupante falta de intensidad.

jueves, 26 de enero de 2012

'Crímenes' de Ferdinand Von Schirach: podría pasarle a usted

Esta recopilación de relatos lleva tiempo en el candelero y no son pocos quienes han corrido la voz para recomendarla desde que Salamandra publicó el libro en nuestro país. 'Crímenes' es obra del abogado alemán Ferdinand Von Schirach, que un buen día decidió trasladar algunos de los casos que más le han marcado durante su carrera a la literatura, en forma de relatos breves.

De esta manera, nos cuenta el crimen cometido por un hombre tras sufrir durante años un matrimonio de pesadilla en "Fähner"; nos habla de cómo unos jóvenes se meten en el lío de su vida en "El cuenco de té de Tanata"; nos presenta a un individuo enigmático y brutal en "Legítima defensa"... y así hasta alcanzar el total de 11 narraciones que componen el libro.

Movido tal vez por deformación profesional, el estilo narrativo de Von Schirach es sobrio, directo y sin florituras. Describe los hechos de forma ordenada y detallada, sin aturullar tampoco al lector con excesivos datos, y lo conduce sin artificio alguno hasta su resolución. Y no le hace falta más, porque los casos son tan llamativos y sugerentes que se bastan ellos mismos para sustentar el peso de cada historia.

jueves, 19 de enero de 2012

'Bajo el hielo', de Bernard Minier: el lado oscuro de los Pirineos

Hay novelas que centran su atractivo en construir una trama compleja e intrigante, un enigma que enganche al lector y lo empuje a devorar sus páginas. Hay otras que, sin descuidar del todo la trama, prefieren dedicar más tiempo a desgranar la psicología de sus personajes y a conseguir que al leer empaticemos con ellos. Por último, hay novelas que consiguen combinar estas dos tendencias y se convierten por tanto en lecturas indispensables. Es el caso de 'Bajo el hielo'.

Bernard Minier se ha marcado un debut impresionante, con una historia construida con precisión de relojero y una atmósfera gélida que corta el aliento. Parecía que los nórdicos ya lo tenían todo hecho en cuestión de ambientación, con sus ciudades pequeñitas y aisladas, y sus vastos parajes arropados por la nieve la mayor parte del año. Y ahora resulta que no hacía falta irse tan lejos para enmarcar una novela negra, que los Pirineos, que los tenemos aquí mismito, eran tan buen lugar como Ystad o Gotland o Estocolmo para contar una historia que te ponga los pelos de punta.

viernes, 13 de enero de 2012

'Los perros de Riga', de Henning Mankell: un detective en un mundo que no comprende


Kurt Wallander es uno de los detectives más desgraciaditos de la novela negra actual, si no el que más. A su tormentosa vida familiar (un agrio divorcio, una hija distante y con amagos suicidas...) hay que sumar la crudeza y la sordidez de las investigaciones criminales en las que se ve envuelto, y las terribles penurias que sufre para resolverlas. Y no es que los demás detectives del universo noir cierren sus casos sin despeinarse, pero con Wallander tienes la sensación de sentir en tus propias carnes todo lo que le sucede.

Lo curioso es que, tratándose de un inspector de policía en una pequeña ciudad sueca, Ystad, se podría pensar que sus mayores preocupaciones laborales serían interceder en alguna trifulca de borrachos o encontrar al gato de la vecina. Pero nada más lejos... Tras los salvajes asesinatos narrados en 'Asesinos sin rostro', primera entrega de la saga, lo que encontramos en 'Los perros de Riga' es aún más inquietante y desolador.

Todo comienza con la aparición en la costa de un bote encallado. En él se encuentran los cadáveres de dos hombres jóvenes, vestidos de forma elegante con traje y corbata. El hilo de la investigación pronto llevará a Wallander y su equipo a seguir una pista que trasciende las fronteras suecas, centrando a la capital letona, Riga, en el visor.

miércoles, 11 de enero de 2012

'Powers', de Bendis y Oeming: superhéroes a pie de calle


Si los superhéroes existieran en la realidad, nos acostumbraríamos a ver a tipos disfrazados encaramados a las cornisas de los edificios más altos de nuestra ciudad, a presenciar peleas apocalípticas llenas de rayos luminosos y a encontrar, cuando levantemos la mirada, algo más que nubes y estrellas en el cielo.

Pero también estoy convencido de que si los superhéroes existieran realmente, no todo sería glamour ni heroismo ni sonrisas profidén. Fijo que los supes se verían envueltos en escándalos, que serían la comidilla de las revistas y programas del corazón, que protagonizarían crímenes cruentos y enigmáticos... Vamos, que sería tal y como se nos cuenta en 'Powers', el cómic creado por Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming.

'Powers' es un cómic que combina con mucho acierto los géneros negro y superheroico. Los protas son dos detectives de homicidios, el serio y fortachón Christian Walker, y la joven y decidida Deena Pilgrim. Los casos que investigan están relacionados con los superhéroes, y el primero del que tenemos noticia es el asesinato de Retro Girl, muy querida entre la comunidad.