La publicación de 'Perdida' en nuestro país ha venido envuelta en un tremendo hype: muchos críticos han puesto la novela por las nubes, la hemos visto anunciada hasta en el costado de los autobuses urbanos y el eslogan que la acompaña no puede ser más directo: "No has leído nada igual". Sobra decir que esta, como toda sentencia publicitaria que se precie, resulta exagerada. Al fin y al cabo, la fortaleza de su protagonista femenina y el oscuro retrato psicológico de los personajes no conseguirán que olvidemos lecturas previas de otras autoras como Patricia Highsmith, Natsuo Kirino o Karin Fossum. Lo mejor, por tanto, es olvidarnos de todo ese hype y sumergirnos en la lectura de 'Perdida' sin ideas preconcebidas ni expectativas desmesuradas. De esa forma podremos disfrutarla y valorarla como lo que es: una novela que no viene a revolucionar el panorama noir, pero cuya calidad sí está por encima de la media.
'Perdida' nos cuenta la historia del matrimonio formado por Nick y Amy, ambos periodistas culturales que perdieron su trabajo a causa del cambio en el actual modelo de negocio periodístico (algo que también le ocurrió a la autora, que se vio de patitas en la calle después de pasar varios años como redactora para Entertainment Weekly). A causa de las nuevas dificultades económicas se ven obligados a mudarse desde Nueva York hasta el pueblecito natal de Nick, situado en Missouri (el estado donde también nació la autora, por cierto). La narración de la historia se la reparten entre Nick y Amy, la segunda a través de las entradas de un diario. Así, somos testigos de las idas y venidas de su matrimonio, hasta que los acontecimientos se desencadenan con la misteriosa desaparición de Amy.
Y hasta aquí puedo leer, ya que la novela cuenta con una trama tan bien planificada y desarrollada, que es mejor adentrarse en ella conociendo los mínimos detalles. De hecho, buena parte de su fuerza descansa en el giro radical que pega la trama a mitad de camino, y no son pocos los artículos y reseñas que he leído que, aunque no te lo destripan por completo, sí dan los indicios suficientes como para que te lo huelas antes de tiempo.
Por suerte, no nos encontramos ante una novela cuyo encanto radique tan solo en un puñado de tretas ingeniosas con las que despistar y sorprender al lector. La intriga creada por Flynn es la culpable de que devoremos con ansia la novela, sobre todo en su primera mitad, pero lo que de verdad nos deja poso es el retrato de las grandezas y miserias, tan humanas todas, de la relación de pareja entre Nick y Amy. La autora destripa el matrimonio y las relaciones amorosas con ojo crítico y un puntito de cinismo, sin buscar que el lector se case con un punto de vista determinado (el de Amy o el de Nick); antes bien, lo que consigue es que reflexionemos en base a nuestras propias experiencias sentimentales y que acabemos por no comulgar con ninguno de los dos, aunque lleguemos a comprenderlos incluso en muchas de sus bajezas.
La lectura de 'Perdida' me ha descubierto a una escritora interesante capaz de construir buenas historias, bucear en sus personajes y regar todo el conjunto con un sentido del humor bastante ácido. Solo por eso me alegro de haberla leído, sin necesidad de que haya roto por completo mis esquemas como nos promete su depredadora estrategia promocional. Mientras quedamos a la espera de su próxima incursión novelística, creo que algún día de estos me asomaré a alguna de sus obras anteriores, todavía inéditas en España, tituladas 'Sharp Objects' y 'Dark Places'. Espero encontrar en ellas la misma chispa que aquí.
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