martes, 5 de febrero de 2013

'Castilla Drive', de Anthony Pastor: gélida, estática y atmosférica

'Castilla Drive' es la cuarta novela gráfica de Anthony Pastor, la primera de sus obras que ha sido traducida al castellano y que además le ha valido el premio Polar de la reciente edición del salón del cómic de Angoulême. La historia nos traslada a la localidad norteamericana de Trituro, un lugar poco acostumbrado a las inclemencias del tiempo en donde están teniendo la peor ola de frío que se recuerda. En mitad de sus calles nevadas y del depresivo ambiente que reina en la localidad nos encontramos con Sally Salinger, esposa de un detective que, tras la fuga de su marido, se queda al cargo del negocio y del cuidado de sus dos hijos. Mal que bien, se va apañando con los casos que le surgen, normalmente estafas o adulterios, sucesos que no impliquen un riesgo excesivo. Pero la cosa cambia con la aparición de Osvaldo Brown, apodado El Superviviente, que poco tiempo atrás recibió un balazo en una oreja y ahora teme que el pistolero vuelva para rematarlo.

Esta premisa le sirve al autor para sumergirnos de lleno en la vida de ambos personajes. Los dos tienen mucho en común, por más que le pese a Sally, tanto por los demonios internos con los que conviven como por su carácter retraído y taciturno. Osvaldo viene envuelto por el misterio del disparo que ha recibido, cuya resolución supone uno de los motores de esta trama. Pero acercarse y conocer mejor a Sally también resulta un ejercicio muy interesante, como reflejo de una mujer cuya vida se ha tambaleado peligrosamente y que no termina de decidirse por tirar la toalla o hacer acopio de fuerzas para seguir adelante. Lo mismo que nos puede ocurrir a cualquiera de nosotros durante las encrucijadas más difíciles de la vida.


Junto con Sally y Osvaldo encontramos la presencia de varios personajes secundarios que terminan de dibujar el retrato de esta pequeña localidad rural. Su presencia resulta indispensable ya que, sin tratarse tampoco de una obra coral, son los personajes quienes sustentan en todo momento la narración, pues la trama resulta bastante estática. Aquí no hay grandes giros de guión, ni momentos de acción, ni sobresalto alguno que afecte al pausado ritmo de la historia. El autor ha preferido centrar sus fuerzas en configurar una atmósfera convincente e inquietante que a la postre supone otro de los grandes encantos de este cómic.

A ello hay que sumar un dibujo muy cuidado y rico en detalles, con una cuidadosa puesta en escena en donde los silencios, el color y la elección de los planos tienen mucho que decir. Para mi gusto habría estado bien un desarrollo un poco menos contemplativo y con algo más de intensidad, especialmente en lo que respecta al clímax final. No obstante, las virtudes pesan más que las carencias y no puedo por menos que recomendar la lectura de 'Castilla Drive' a quienes disfruten de los personajes bien definidos, de las atmósferas gélidas al estilo 'Fargo' y que además sepan acompañar sus páginas de una buena y sugerente banda sonora. Algún vinilo añejo de jazz o de country encajaría a la perfección.

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