Dolores Redondo nos dejó boquiabiertos a los aficionados del género negro con su debut literario. 'El guardián invisible', primera entrega de la trilogía del Baztán, era una novela absorbente e intensa, con una fabulosa ambientación donde se difumina la línea entre lo real y lo fantástico, y con una protagonista carismática y profundamente humana: la inspectora Amaia Salazar. Entre estremecidos y asombrados, los lectores llegamos al final de aquella obra que ya adelantaba algunos de los hilos argumentales que dan forma a esta nueva entrega, 'Legado en los huesos', que arranca con el suicidio en prisión del asesino de la joven Johana Márquez, quien deja una enigmática nota dirigida a Amaia. En ella solo se incluye una palabra: "Tarttalo".
Apenas han pasado unos meses desde los hechos ocurridos en 'El guardián invisible' (tanto en el tiempo narrativo como en la realidad, ya que la primera novela se publicó en enero y la segunda ha llegado en noviembre), pero los cambios han sido notables. Para empezar, Amaia ha sido madre y con ello su vida ha pegado un vuelco. Ahora debe lidiar con la responsabilidad y las dudas inherentes a la maternidad, enmendar a través de esta nueva posición los horrores que cometió su madre con ella durante su infancia, y hacer convivir todo ello con el desempeño de su labor profesional.
Pocos personajes pegan una evolución tan fuerte de una novela a otra, y gracias a ello Amaia nos sigue fascinando tanto como si la conociéramos por primera vez. Lo mismo ocurre con el entorno, el valle del Baztán, del que conocemos nuevos detalles sobre su pasado y folklore al entremezclarse con el caso (en realidad, dos misterios en uno) que Amaia y su equipo comienzan a investigar. Por un lado, los asesinos suicidas que firman como "Tarttalo" antes de quitarse la vida; por otro, la profanación de una iglesia que podría estar relacionada con unos antiguos habitantes del valle. Y mientras todo eso se va desarrollando, el pasado de Amaia volverá a despertar de su letargo para protagonizar algunos de los pasajes más escalofriantes de la obra, como ya ocurriera en 'El guardián invisible'.
No es habitual que una obra de este tipo ponga de acuerdo a lectores y críticos, pero en este caso las alabanzas llegan de ambos frentes. Y es justo decir que son merecidas. Dolores Redondo ha sabido asimilar la esencia de thrillers literarios y cinemtográficos de la talla de 'El silencio de los corderos' y 'Se7en', aderezarla con su propia personalidad, descubrirnos la magia que se esconde entre los paisajes del norte de la península y redondear la jugada con uno de los mejores (por no decir el mejor) personajes femeninos de la novela negra actual. Por si fuera poco, con 'Legado en los huesos' ha estado a la altura de las expectativas que nos formamos con la primera entrega y abre el camino para el potente enfrentamiento final que se atisba para su tercera parte. Aún quedan misterios por desvelar, miedos a los que enfrentarse, leyendas que desentrañar, y todo apunta a que 'Ofrenda a la tormenta' (así se llamará la próxima obra) volverá a dejarnos boquiabiertos.
Me gusto mucho esta novela, y la evolución del personaje sorprende muchisimo
ResponderEliminar¿Lo de la evolución del personaje es cuando se pega con su subordinado o cuando se pone el uniforme para espantar a sus pretendientes? ¿O los bibes y el marido? No hablemos ya del círculo de tiza en la mejor de las tradiciones demoníacas vascas, la madre lecter, la ninfa del peine y sus correos y el niño que era niño o niña o quién sabe. ¿Alguna explicación lógica a la trama que parece de una novela juvenil fantástica? Lo que hace un buen marketing.
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